sábado, 10 de octubre de 2015

Cartas desde Mordor II

Originariamente este poema pertenecía al poemario "Hacia el unicornio negro"...

No es motivo para escribir que haga tiempo que no te escriba.
Ni este sueño que me ata a la madrugada
esperando el amanecer que me arrebuje en las sábanas.
No es motivo que esperes una carta mía, 
a este lado de las Puertas Negras todo es sombra.
Frodo pasó por aquí el otro día...
ese taimado de Gollum no es buena compañía.
Todos somos un poco  Sam a veces: condescendientes y bondadosos;
o Boromir: audaces y orgullosos, peleamos por el ideal
de vivir en una patria libre y honesta.
Rara vez me he sentido como Légolas o Gimli. 
Soy un Théoden eterno:
Rey de mi propia fortaleza que he de defender,
día a día, con mi sudor por la libertad de mi pueblo.
Los orcos ríen ahí afuera.
El Uruk-hai que nos guía apesta.
Y Sauron, el Señor Oscuro, nos gobierna desde Morgul...
su ojo nunca descansa y, si no llevamos cuidado,
quedaremos atrapados para siempre en la inopia.
Son vastas y sutiles las cadenas del Anillo Único.
Te amo como Elendil a su prole;
Te amo como Elrond a su destino y su memoria;
como Gandalf a su pipa y el calor sobre la Tierra Media;
Te amo como Sam a su sal y su cazuela;
como Smeagol a la cordura; y como Aragorn a Arwen;
Te amo como Faramir al honor y la honra;
com Eowyn a la verdad y la épica;
como Tom Bombadila a la tranquilidad u la paciencia;
como Pippin a la yerba de la Comarca
y Merry al cerdo curado;
Te amo como Bárbol a la Naturaleza...
y Galadriel a la sensatez.
Te amo como Frodo a su responsabilidad
y como Bilbo a la literatura.
Mi tessssssssoro, mi locura.

Miguel Díaz Romero (c) 2014

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario