Mostrando entradas con la etiqueta Cruzados y metralletas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cruzados y metralletas. Mostrar todas las entradas

jueves, 28 de mayo de 2020

Extracto de "Cruzados & Metralletas"

"Había dos tipos de personas y dos tipos de reacciones ante mi presencia. Bueno, en realidad, tres… pero las terceras reacciones siempre eran de cachorros humanos, que se asustaban nada más verme y salían corriendo para avisar a sus mayores. El miedo es al ser humano lo que la hermandad es para mí. Les es innato, instintivo, ridículamente inalienable. El primer tipo, y que más abundaba, era el que entre nosotros llamamos “cazador”: si estábamos en manada, agitaba el bastón y nos gritaba para que nos fuésemos antes de que le limpiásemos una de esas gordas ovejas; pero en el caso de que se topase con nosotros cuando estábamos solos, se envalentonaba y llamaba a más como él para darnos muerte sin demora. Creo que nos odiaban por el simple hecho de querer alimentarnos con las ovejas y cabras que ellos custodiaban. El segundo tipo estaba en peligro de extinción y le solíamos llamar “hermano”: se adentraba sin miedo en el bosque, incluso parecía buscarnos con las primeras luces del alba filtrándose entre las ramas bajas y amarillas de los árboles. Jugaba con nuestros cachorros, y se dejaba abrazar y lamer por todos. Nos traía presentes que compartía con nosotros. Nos hablaba en un idioma que los más viejos eran capaces de entender. Reía nuestras bendiciones y lloraba amarga y sinceramente cada una de nuestras muertes, trágicas o naturales.
Pero este tipo olía tan diferente como vestía a los Hombres que había conocido. Cuando se acercó un poco más, despotricando acerca del destrozo que produjo el caballo, me dije que éste no era ni cazador ni hermano… y no me equivoqué. Sólo le gruñí lo justo para que me prestara atención: abrió los ojos como platos sin entender mi presencia en ese lugar, para empezar a gritar y hacer aspavientos mientras corría, despavorido, huyendo de su propia casa. Reí para mis adentros…
…aquel día constaté, para mal o para bien, que la inmensa mayoría de los Hombres de aquel tiempo tan extraño eran de la tercera clase de personas… los “miedosos”."


Miguel Díaz Romero (c)

Descárgala por sólo 2.99 €!

 

sábado, 9 de mayo de 2020

La novela deconstruida, definiciones


LA NOVELA DECONSTRUIDA. Miguel Díaz Romero, 09/05/20 ©

La idea de bulliteratura surgió hace unos años cuando, viendo un documental en televisión sobre el Restaurante El Bulli, hablaron de la ya mítica receta de la “tortilla deconstruida” cuyo autor, Marc Singla, desarrolló en el restaurante de Ferrán Adriá.
Para crear la receta, Marc se inspiró en la deconstrucción textual contemporánea: dividiendo los ingredientes de la tortilla española: huevo, patata y cebolla; cocinándolos de forma distinta cada uno o dándole distintas texturas; y presentándolos de forma lo más diferente posible a la presentación tradicional del plato: en una copa de cristal.
Me dije, imaginé entonces, que si Marc había podido recorrer el camino de la creación desde el punto A hasta el punto B, se podía realizar el mismo camino desde el punto B hasta el punto A. Es decir, si él se había basado en la literatura para dar forma a su receta, yo podía basarme en su receta para crear y dar forma a un texto o grupo de ellos.

De este modo creé una novela deconstruida titulada “Corazones necios” [publicada en el libro “MENÚ”. Entrelíneas Editores. Madrid, 2018], en el que apliqué la idea de separar los ingredientes de la novela: personaje A, personaje B, y argumento o contexto; y escribirlos por separado de principio a fin para luego presentarlos unidos, no revueltos, en un texto único.
“Corazones necios” trata de la conversión religiosa de Juan Pérez, escrita cual diario personal; diario que se encuentra Sergio: un loco que se obsesionará con éste creyendo que pertenece a un mundo distinto al que él habita y al cual no puede acceder, cuando es de su locura de donde no puede salir; y el argumento es el avance de la locura de Sergio visto desde la perspectiva de su hermana y su psicólogo. Mientras que el diario de Juan y los pensamientos de Sergio están en primera persona; escritos por separado y de principio a fin; el argumento es una narración al uso en tercera persona. A todo esto, con los tres primeros ingredientes escritos y terminados, añadí un súper texto en el cual dos entes superiores: Musta y Valkoinen, pugnan por las almas de Juan y Sergio como motor del desarrollo de la novela.
Una vez tuve todos los elementos terminados y corregidos, los expuse en un orden lógico distinto al orden que fueron escritos, como la tortilla que se degusta en una copa de cristal; dando nacimiento a la “novela deconstruida pura”.

Por otro lado y en ese momento, tenía tres textos muy distintos ya escritos: tres relatos de ciencia-ficción hard y política-ficción, que me sirvieron para dar respuesta a la segunda pregunta.
¿Si podía escribir una tortilla de patata, podría también escribir un gargouillou? Fue otro Marc quien me dio la idea: el finalista de una de las temporadas de Top Chef, quien hizo un gargouillou de Michel Bras en directo. El gargouillou es un plato de verduras que se cocinan por separado mediante distintas técnicas: al vapor, en tempura, asadas y fritas, sirviéndose luego todas juntas en el mismo plato.
Como yo ya tenía tres de esas verduras, sólo me faltaban los ingredientes que hicieran del plato algo coherente y cohesionado y no un simple recopilatorio de textos sueltos. Así, reescribí los relatos añadiendo las piezas que faltaban para que, los cinco resultantes, tuvieran coherencia y cohesión formando una única historia: “1NF1N171”; presentando la “novela deconstruida gargouillou” o ensalada de elementos.
En “1NF1N171”, personajes atrapados en el tiempo, dioses mecánicos y clérigos y soldados de mundos paralelos, luchan por la supervivencia en una novela delirante donde nada es lo que parece, que empieza con la siguiente advertencia:
“El texto a continuación es la narración de un sueño del autor, por lo que se trata del producto enajenado de la una mente perturbada, y en ningún caso es recomendable su lectura.”
“1NF1N171” también se publicó en el libro “MENÚ” referenciado anteriormente.

Mi pasión por la cocina me llevó a la creación de ambas “novelas deconstruidas”, el libro se publicó y ya han pasado dos años dese su salida al mercado, aunque sin la repercusión que pudiera imaginarse en un principio.

Pero la idea de la deconstrucción novelística no terminó allí. En 2019 terminé una novela en la que llevaba tiempo trabajando y que se titula “Cruzados & Metralletas” [NOA ediciones. Castellón, 2020]. Es la historia de Juan José, un cruzado santiaguista en plena Reconquista que sabe que es un personaje novelesco y trata de romper la cuarta pared; de capítulos muy cortos que van y vienen de la realidad del escritor a la del personaje y viceversa. Cuando la terminé, aun sin haberla corregido, me di cuenta de que los capítulos podían leerse de principio a fin o no: uno puede leer la novela tal cual o leer primero los correspondientes a la realidad y luego los del personaje, o al revés. Como no lo tenía muy claro, escribí una línea resumiendo cada capítulo al lado de su número, y recorté las líneas disponiendo las tiras de papel encima de la mesa: un nuevo mundo apareció allí ante mí.
Pronto me di cuenta de que, si lo disponía en un orden concreto, la novela parecía no tener principio ni fin, pudiéndose leer en bucle eternamente… y fue cuando ideé el índice “panic” en contraposición al índice “arcade”; conde arcade es la novela tradicional leída de principio a fin página por página; y panic es un orden de lectura alternativo que lleva al lector a leer algo totalmente distinto a una novela típica, aun siendo lo mismo aquello que lee.
Lo de arcade y panic era un silogismo perfecto al juego “PANG!” de los ochenta, en el que si elegías el modo arcade, pasabas pantalla por pantalla tras estallar todas las burbujas de cada una; y si elegías el modo panic, las burbujas no dejaban de aparecer, cambiando el fondo al subir de nivel.
De tal forma, dentro de la bulliteratura; y del concepto mismo, amplio y todavía por explorar, de “novela deconstruida”; una novela panic es aquella que, conservando las características de una novela tradicional, se puede leer sin principio ni final.

Definiciones:

Bulliteratura: Idea que trata de aplicar metodologías distintas a la tradicional en la composición de textos, especialmente de novelas de todo género. BT

Novela deconstruida: Novela escrita siguiendo la metodología de la creación de la tortilla de patata deconstruida. Para ello, se escriben los ingredientes de cualquier novela como son el personaje A, el personaje B y el argumento o contexto por separado y de principio a fin. Y después se presentan opcionalmente de un modo alternativo a la novela tradicional, como puede ser en una lista o recopilatorio de textos. Sin. Novela deconstruida pura. NT

Novela deconstruida gargouillou: Novela escrita a partir de relatos que no tienen nada que ver entre sí en el momento de ser escritos, pero a los que se les dota de un elemento o varios a posteriori que sirve de hilo conductor para todos los relatos, dotándoles de cierta coherencia y cohesión transformándolos en una única novela que se presenta de forma tradicional. NT

Novela panic: Novela que, debido a su orden de composición premeditado por el autor, puede leerse cual bucle, es decir, sin principio ni final; e incluso sin seguir tal orden, empezando el lector por la página que desee siempre que regrese a ese punto tras haberla leído al completo; aun cuando ésta tenga algún modo de ser finalizada como broche o cierre al texto. Antón. Novela arcade. RT NT

Novela arcade: Novela panic que puede leerse de forma tradicional si el lector sigue la numeración normal de sus capítulos y páginas. Antón. Novela panic. RT NT



https://noaediciones.es/

http://eraseunavez.org/epages/ec2503.sf/es_ES/?ObjectPath=/Shops/ec2503/Products/516

martes, 5 de mayo de 2020

Cruzados & Metralletas: 1ª página

"Se había corrido la voz de que Inocencio III, Papa de la Santa Sede, había declarado la Reconquista contra los almohades, dirigidos por el omnipotente Muhammad Al-Nasir, como Cruzada. Eso significaba que todo aquel que luchara en la sucesión de batallas que se dieran a continuación, y lograra sobrevivir, sería absuelto ipso facto de todos sus pecados. “Borrón y cuenta nueva”. Normalmente los caballeros; ostentando el rango jerárquico dentro de su Orden; dejaban sus tierras y, acompañados por su escudero y tres o cuatro peones que les asistían, finalmente ni guerreaban: hacían acto de presencia desde las lomas próximas a la batalla, se llevaban la bula de pecados absueltos a su castillo y todo seguía igual: volvían a pecar hasta la extenuación y volvían a esperar “oportunidades” como aquella. Pero para algunos: para los que sí se sabían verdaderos pecadores; quienes, pese a ser nombrados Caballero por su Orden, no contaban con escuderos y peones, ni lujosos castillos en lugares mejores de aquella ancha tierra, e incluso sin caballo en algunos casos… aquella bula, por mucho trozo de vitela manchado de tinta vaticana que sintiesen que fuera, podía significar el punto y aparte de una miserable, deshonrosa quizá, y penosa existencia.

          Al final de la taberna, próxima al alcázar, e iluminada su puerta tosca de madera pintada de granate por un farolillo amarillento, tintineando su cadena al vaivén de un viento caliente, Juan José meditaba en soledad y penumbra. Media botella de vino tinto, con un dedo de polvo bajo de su cuello vítreo, y un vaso pequeño, chato como un dedal de porcelana, eran el abismo en cuyo horizonte se hundían los ojos azul oscuro del Caballero santiaguista. La voz en su cabeza le era tan familiar que no podía asustarle; pero el hecho de saber que era un simple personaje novelesco le atormentaba día y noche. Sobre todo cuando la historia avanzaba, siendo totalmente consciente de la locura con quien le creó le había dotado, dando forma a su ser, su personalidad… y condicionando por ende cada una de sus decisiones, y las consecuencias de las acciones que de tales derivasen.
            El comienzo del jaleo en la barra lo extrajo de sus profundos y oscuros pensamientos…

            Para Gervasio Alhubo, como tuvo que escribirlo tras la prueba de fe que le hizo ser Caballero de la Santa Orden de Calatrava, que Inocencio III hubiese declarado Cruzada la Reconquista le venía de perlas. Almohade de nacimiento, converso al cristianismo en la edad adulta, le había costado más que al resto de acólitos calatravos ganarse la confianza y el respeto de los jerarcas de la Orden. Sus cabellos negros, brillantes y largos en interminables tirabuzones; su tez morena y lisa como un tapiz de lino tintado; y esos ojos azabache; amén de su terrible acento andalusí que, por ser incapaz de dominar, ya dejaba salir sin importarle cuántas miradas castellanas o leonesas le sojuzgasen; le habían condicionado desde el mismo instante que decidió dejar atrás su vida como musulmán al otro lado de la frontera con el califato de Amir al-Muminim, el Príncipe de los Creyentes. Ser absuelto de todos sus pecados, además de su cruzada personal contra aquellos que le considerarían un traidor hasta el último de sus días, sería el broche que le faltaba a su dura conversión… y quizá llave y puerta para obtener ese escudero y trozo de tierra cerca de Sierra Morena que se le negaba cual mujer arisca."

"Juan José" de Josu Valdés (c)

martes, 17 de marzo de 2020

Sinopsis de "Cruzados y metralletas"

Dibujo original de Josu Valdés (c)

"Cruzados y metralletas" es una novela delirante que nos lleva a las semanas previas de la archiconocida Batalla de las Navas de Tolosa, en la Cruzada de la Reconquista, de la mano de tres cruzados locos: Juan José Amado de León, de la Orden de Santiago; Gervasio Alhubo, converso andante de la Orden de Calatrava; y Valentino Corvini, alias Cuervo, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén.
Los tres cruzados tienen una importante misión en Djayyán, actual Jaén, en mitad del Imperio Almohade: rescatar a Beatriz, bastarda de Alfonso VII, antes de qeu la guerra llegue allí...
...lo que pasa es que Juan José no se las tiene todas consigo, porque ha descubierto que todo es una novela, incluso él mismo es un simple personaje novelesco sin importancia... ¿se quedará satisfecho conociendo su naturaleza ficticia?
 

Personajes y hechos reales, rigor histórico, y una buena dosis de acción y comedia.