miércoles, 27 de abril de 2016

El poeta insensato

Poema rescatado de la colección inédita "El unicornio negro", 2013.

"Yereyef" significa "gracias" en senegalés.
Hay una parte de ti que se quedó pescando en el Zambeze.
Hay una parte de ti que vive en Tokyo, comiendo un quimérico sushi de cuestiones sin resolución.
Es la parte que viajó a Praga, que trabajó en Ibiza, que nadó en los arrecifes del sur de la Isla de Bali.
Es la furia en la garganta con la que esgrimiste un arma en Siria; con la que apuntaste con tu cámara fotográfica a los niños de Grozny y al anciano de Ciguatanejo.
Es tu cuanto de energía,
tu incertidumbre de Heisenbert, tu aprobado en latín...
tu "violet carson" amarilla, fucisa, verde y... naranja a veces.
Es tu espejo. Esa parte de ti sigue haciendo "air guitar" en algún oscuro tugurio del Carmen.
Vive contigo entre comunistas y punkies, en una tienda de campaña eterna... es tu djambé en Tarifa.
Y tu peta de marihuana.
El poeta insensato te odia.
Grita de vez en cuando, azuzado cual perro por el Enemigo, desde su poderosa tumba.
El poeta insensato se tatúa tus deseos en el coxis.
Y desea despertar, alimentado de tus miedos, de tu indecisión, de tu furia...
es un zombie intelectual que cree ser el mejor partido, pero sólo es un Quijote más al que se le hubo de cortar la cabeza.
Es un necrófago. Un duende. Es un unicornio negro ensangrentado y un gamusino en llamas.
El poeta insensato es tu peor pesadilla: remátalo, pégale dos tiros apoyando un cojín de terciopelo negro en su infame cara... para que no lo escuchen tus vagos recuerdos, tus anhelos distorsionados, tu pereza y tu rabia.
Y vive por siempre cuando muera.
Reduce tu Universo a la fragancia del pelo de la Diosa. Juega a los piratas. Aprende de una vez a hacer bien una coleta...
Cógela de la mano, o de las dos, mírala a los ojos, y con las pupilas encendidas de muerte, dile que la amas.
Que no deseas pasar ni un día de tu vida sin ella.
Que ella es tu Bendición... la lápida marmórea y pesad que se apoya, impertérrita y solemne, sobre la mortaja del poeta.
El poeta insensato muere, se ahoga...
...y renace el superhombre...
un superhombre Tau que sólo sabe una cosa: el futuro es la niebla que se disipa con el estandarte de la confianza;
y toda mi confianza es potestad de Dios.
cuya guía mi Camino alumbra;
por Amor,
que ganaré con paciencia, tesón, bondad y diligencia el total de todas mis batallas.

Miguel Díaz Romero (c) 2013
Para Andrea y para mí...

PD: Me ha venido muy bien rescatar hoy este poema.

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