Léase introducción general para más información, gracias.
Abstract:
INTRO: Etimología y evolución desde la Revolución Francesa.
DEFINICIONES: UNESCO, ALA, Carrión Gútiez. Elementos: Colección, Organización y Difusión. Definición del a LLLB.
FUNCIONES: 3 tradicionales + 6 actuales.
TIPOS: División tradicional de Carrión Gútiez (4); UNESCO (3); IFLA (3). Diversidad.
PERSPECTIVAS DE FUTURO: Magán Wals (7). Necesidad de presencia en la web.
CONCLUSIÓN: Reciclaje y evolución constante.
1.1. CONCEPTO
DE BIBLIOTECA. TIPOS Y FUNCIÓN. PERSPECTIVAS DE FUTURO
Coincide 2010-2016.
INTRO:
El término “biblioteca” procede del latín “biblioteca”
y éste, a su vez, de los vocablos griegos biblion (libro) y theke (caja), por
lo que ya desde la Antigüedad se entendía como un lugar en el que se guardaban
o custodiaban los libros. Los ejemplos más representativos son las bibliotecas
monacales (Baja E. Media), universitarias (Alta E. Media) o reales (a partir
del S. XVI).
Durante el S. XIX, el espíritu candente de la
Revolución Francesa y el desarrollo del Estado de Derecho trajeron consigo una
gran democratización de las bibliotecas, para fomentar la alfabetización.
En la actualidad, nuevo proceso de cambio: auge de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación NTIC. Se ha evolucionado
de lo que podría denominarse la “biblioteca de los libros” a la “biblioteca de
los usuarios”.
DEFINICIONES:
UNESCO: “una colección organizada de libros, impresos
y revistas, o de cualquier clase de materiales gráficos y audiovisuales”, sin
olvidar los “servicios de personal para proveer y facilitar el uso de tales
materiales, según lo requieren las necesidades de información, investigación,
educación y esparcimiento de los usuarios”.
ALA: “una colección de material de información
organizada para que pueda acceder a ella un grupo de usuarios”. Al igual que la
anterior, alude al “personal encargado de los servicios y programas
relacionados con las necesidades de información de los lectores”.
Carrión Gútiez: “una colección de libros debidamente
organizada para su uso”. Tres elementos bibliotecarios básicos:
COLECCIÓN: es el pilar básico de toda biblioteca,
fruto de un minucioso proceso previo de selección y adquisición así como de una
labor constante de mantenimiento y control (expurgo).
La colección de una biblioteca es la suma de los
fondos librarios y no librarios ubicados físicamente en ella, más todos
aquellos accesibles por medios informáticos y telemáticos.
ORGANIZACIÓN: procesar y ordenar dicha colección
mediante una serie de operaciones técnicas, de análisis interno y externo, que
facilitan su posterior manejo y recuperación.
DIFUSIÓN: hacer accesible el conocimiento a través de
los denominados servicios bibliotecarios (internos y de extensión.) Pasiva:
servicios prestados a petición del usuario; Activa: servicios prestados a iniciativa
de la propia biblioteca, adelantándose a las posibles demandas mediante
servicios de alerta (RSS) y difusión selectiva de la información (DSI),
boletines de novedades o sumarios, etc.
LEY DE LA LECTURA, DEL LIBRO Y DE LAS BIBLIOTECAS,
10/2007 DE 22 DE JUNIO: “se entiende por biblioteca la estructura organizativa que,
mediante los procesos y servicios técnicamente apropiados, tiene como misión
facilitar el acceso en igualdad de oportunidades de toda la ciudadanía a documentos
publicados o difundidos en cualquier soporte”.
FUNCIONES:
Tradicionalmente tres: reunir, conservar y servir. Hoy
se distinguen fundamentalmente las siguientes:
Proporcionar documentos, como siempre lo ha hecho,
pero facilitando cada vez más el encuentro entre el documento y el usuario;
Ser servicios de información, en el sentido de recogerla
y canalizarla, pero también de generarla y acercarla al ciudadano. Gracias a
las NTIC, las bibliotecas son ahora auténticas puertas abiertas a todo tipo de información
universal;
Contribuir a la formación de usuarios, explotando su
función educativa como medio para el aprendizaje permanente y el acceso a la
información plural;
Ser foco de cultura y ocio recreativo, puesto que los
materiales y servicios bibliotecarios, aparte de culturizar, constituyen una
buena alternativa para ocupar el tiempo libre;
Asesorar acerca de la información, contando con
personal experto, de tal manera que la abundante oferta informativa no abrume
al usuario;
Y ser un espacio de trabajo, estudio y convivencia,
donde haya cabida para la
interculturalidad, la tolerancia y el intercambio de ideas.
Coinciden con el “Manifiesto de la UNESCO” de 1994.
TIPOS:
Diversificación de las bibliotecas, cuyas tipologías
se han ido plasmando en diferentes clasificaciones:
División tradicional (Carrión Gútiez):
Bibliotecas Nacionales: Sostenidas por el Estado,
actúan como cabecera del sistema bibliotecario de un país y, entre otros muchos
aspectos, se ocupan principalmente de tres grandes funciones: Conservación y
difusión de la bibliografía nacional; Apoyo y coordinación de los servicios de
información del país; Cooperación internacional.
Bibliotecas Públicas: Constituidas y sostenidas por la
Administración estatal, regional o local. Misión prioritaria: contribuir a la educación
de los ciudadanos, ofertando un servicio de información gratuito y, salvo
excepciones, sin restricciones de acceso.
Bibliotecas Docentes o Académicas: Establecidas,
mantenidas y administradas por una institución de enseñanza superior, con el
fin de cubrir las necesidades de información de los estudiantes y apoyar
programas educativos, de investigación y demás servicios.
Bibliotecas Especiales: Centradas en un tema o grupo
de temas afines, a centros de investigación, asociaciones profesionales o
instituciones que desarrollan su trabajo en un determinado ámbito. Su misión es
proporcionar información a los investigadores para que puedan realizar sus
estudios adecuadamente.
Clasificación de la UNESCO:
Bibliotecas Nacionales – Bibliotecas de instituciones
de enseñanza superior – Bibliotecas importantes no especializadas (por ejemplo,
las bibliotecas centrales de las CCAA) – Bibliotecas escolares (centros
docentes de nivel inferior al universitario, despertar en los alumnos la
afición por la lectura y enseñarles en el manejo de los materiales
bibliográficos) – Bibliotecas públicas o populares – Bibliotecas especializadas.
Clasificación de la IFLA (Federación Internacional de
Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias):
Bibliotecas generales de investigación (nacionales,
parlamentarias, universitarias y otras de investigación general) – Bibliotecas especializadas
(encuadran las de administración, arte, biología, medicina, ciencia y tecnología,
ciencias sociales y geografía) – Bibliotecas al servicio del público en general
(infantiles, escolares, para ciegos, para minorías étnicas, para minusválidos,
públicas y metropolitanas).
La existencia de éstas y otras clasificaciones pone de
manifiesto la gran diversidad existente y el esfuerzo que es preciso realizar
para que los distintos servicios no se yuxtapongan, sino que se sumen, evitando
así la duplicación innecesaria del trabajo.
EXPECTATIVAS DE FUTURO:
José Antonio Magán Wals: las bibliotecas del S. XXI se
caracterizarán por:
Ofertar cada vez más servicios sin necesidad de que el
usuario acuda a sus instalaciones. Consultar catálogos, bases de datos,
colecciones digitales e incluso la “Bibliografía Española” en línea. “Bibliotecas
sin fronteras”.
Ofrecer cada vez más materiales en propiedad. Aunque
lo habitual ha sido proporcionar materiales en préstamo, la consulta virtual de
documentos aumentará considerablemente la calidad del servicio, al permitir
guardar muchos de ellos. Atención aún mayor a la propiedad intelectual.
Valorar menos la posesión de fondos documentales y más
la accesibilidad a colecciones externas. La riqueza de las colecciones se
basará más en el potencial de recursos a disposición del usuario que en la
posesión de fondos propios.
Una modificación del papel bibliotecario, cuya
capacidad para filtrar y procesar información será tanto o más importante que
la de proporcionarla.
La incorporación de nuevos profesionales dentro de las
plantillas, personal informático.
Un previsible aumento de los presupuestos. Habrá que
sumar los derivados de los aparatos lectores del material electrónico y
multimedia, fácilmente perecederos.
El fomento de nuevos consorcios, redes o asociaciones
bibliotecarias, que deberán crecer y fortalecerse para poder ofrecer mejores
servicios y más completos.
La clave para afrontar esta misión será mantenerse
como una de las principales fuentes de información para el usuario, lo cual
será únicamente posible a través de su presencia generalizada en la web.
CONCLUSIÓN:
El avance imparable de la tecnología y las innovaciones en
los modelos de gestión han de ser asimilados rápidamente por las bibliotecas y
por los bibliotecarios del presente siglo, que
deben reciclarse continuamente para superar las amenazas de un entorno
cada vez más competitivo.
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