jueves, 28 de septiembre de 2023

Queridísima Andrea, carta nº 16

Queridísima Andrea,


De todas las derrotas posibles en mi exilio, la más grave es haber perdido el camino de vuelta al hogar. A tus brazos, de inconmensurable calidez, que me abrazaban tras la pesadilla en la más oscura de las noches. A tu sonrisa, motivo de la mía, iluminando cualquier estancia donde aparecía. A tus palabras, serenas como el mar en calma una mañana de otoño frente a la playa bajo nuestro portal. Y la cadencia útil de tu voz, con el tono adecuado, susurrando que me amabas… haciendo febril cualquier razonamiento, haciendo razonable cualquier delirio, por el que tantas veces fundimos nuestros cuerpos en uno solo. Al balcón y la siesta. A la cerveza fría con papas, pimienta y limón. A las risas de los niños en la hambuguesería. Al atasco… sí, echo de menos incluso los atascos en la Nacional junto a ti.


Estoy perdido en un lugar desconocido del Cosmos. Perdido y sin la más mínima posibilidad de saber dónde me encuentro. La oscuridad lo copa todo. Veo naves ardiendo más allá de Orión, frente a la Puerta de Tanhauser. Soy un clon de un replicante. Una sombra de un esclavo. Una chispa de nada sobre un tocón de hollín. Soy sal y espuma. Arena que se escapa entre los dedos. Una palabra sin significado. Una historia jamás contada. Una mentira. Una democracia.


Sin ti soy menos que nada.


He tratado de subir a un buque que me lleve de vuelta al Planeta Azul. A respirar aire de verdad. A sentir la sangre fluir por mis ajadas venas. Pero me siento fatigado… el hastío de los días que pasan sin vivir, en una existencia fútil, amarga mis pensamientos, que me consumen.


Oh, qué daría yo por volver.

 
Qué reino arrasaría con mi espada por tener tu piel junto a la mía.


Escuadrones de naves estallarían a mi paso por una palabra queda de tu boca, de tu abrazo de leche y miel. Una exhalación de tu aire bastará para resucitarme, aun cuando mil millones de veces muriere. Te sigo amando como si en ello me fuera, y me va, la vida.


Encontraré el camino de vuelta a casa…
…y te besaré como el verano besa al cerezo.


En un punto inexacto de ninguna parte,
Quien condenó su camino en el Universo por tu reencuentro.
28 de Septiembre de 2197.


 

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