Pensaremos por un momento que soy un republicano platónico. Que creo firmemente en la política meritocrática y hablo y actúo en consecuencia de mis pensamientos. Pensaremos que soy una persona íntegra, cuya dignidad no reside en el trato de los demás hacia mí sino en lo que yo, fiel a la Justicia, opino de mí mismo. Pensaremos que mi deseo es que todo el mundo actúe de la misma forma: leal, consecuente, responsable, etc. Y que, en nuestro utóptico exterior de la Caverna, la Humanidad se rige por la lucha contra uno mismo para ser mejor cada día. Que aquellos son lo que quieren ser, y se les da bien ser, porque se lo han ganado a pulso durante su carrera; iniciada ésta desde el nacimiento schopenhaueriano que nos dice que nacemos y morimos empuñando un arma pues en todas partes hay un enemigo, y sobretodo dentro de nosotros. Pensaremos en ese lugar mágico donde los Hombres dicen lo que hacen y hacen lo que dicen; que han llegado a donde están porque querían estar y merecen estarlo. Que las Naciones por entero se sujetan a esta máxima y que el Globo Terráqueo es un lugar donde cada uno ocupa su plaza al haberse ganado el puesto. Políticos que dirigen, electos porque son los mejores de entre todos sus vecinos para dirigir al resto. Profesores que enseñan, puesto que su vocación alimenta su experiencia y logran que sus alumnos les superen. Albañiles maestros del arte de construir. Recolectores de fruta rápidos y fuertes. Soldados de mentalidad inquebrantable y cuerpos atléticos. Vendedores de coches con tal ingenio que nos sea imposible no comprar al entrar en un concesionario. Todo bajo el peso de la ética personal y profesional, controlada no sólo por el resto sino por los valores de cada cual, inculcados por generaciones que, a fuerza de repetirlos, se han consolidado en el ADN de todos. Pensaremos en el mundo perfecto para ese supuesto republicano platónico que soy, y que cada vez más convencido estoy de serlo...
Y pensaremos, después, en la realidad de nuestro mundo.
Los votantes del futuro están asegurados para quienes, impunemente desde sus puestos del Gobierno actual, les dejarán tener colgado en la pared de su chabola que todos pagaremos el título de Educación Secundaria Obligatoria, quizás el de Bachillerato también, sin haber aprobado todas las asignaturas.
Los votantes del futuro son esos zombis electrodomésticos con chepa producida al caminar con el móvil en la mano y el tirante de los cables de los auriculares desde la cuenca metacarpiana. Esos a los que sólo les falta el código de barras tatuado en la nuca para ser los esclavos sumisos perfectos de los gobernantes quienes, lejos de haberse ganado su puesto, lo han usurpado con mentiras y perniciosas maquinaciones y/o ajustes de cuentas.
Los votantes del futuro votarán a quienes les han limpiado el camino de todo obstáculo para lograr vivir del cuento en las cochiqueras que no podrán heredar de sus padres, los verdaderos culpables del desastre venidero, por no poder pagar el impuesto de sucesiones apropiado. A costa de aquéllos quienes, pensaremos que como yo, sigan creyendo en la república platónica donde todos estos estultes violentos de pacotilla estarían, cuanto menos y en el mejor de los casos, dando vueltas en círculo en el Atlántico a bordo de los sótanos navales de grotescas galeras.
Quieren hacernos creer que el Gobierno lo hace por otros motivos... no seáis inocentes: se están asegurando la poltrona cuando, en las próximas elecciones y las siguientes, los votantes del futuro voten a los que les regalaron su desmerecido Título.
Por eso, y pensando siempre en que yo fuera uno de esos republicanos platónicos de quienes aquí escribo, les repito a mis hijos que conserven los valores objetivos y la verdadera moral, que amen a Dios y a su Patria, que intenten sacar siempre sobresaliente y apunten a lo más alto aunque su saeta dé en la mitad del pináculo al que disparan sus sueños, porque... con estos votantes del futuro... ellos al menos serán tuertos, y éstos han sido, son y serán siempre los reyes en el país de los ciegos. Tal cual es el carnicero en la Nación del Cerdo.
Esto es Españistán, señores y señoras. Y, cuando no quede un euro para las pensiones que no pagarán los zombis electrodomésticos, los adalides de la moralidad extremo 100, los de la pancarta del pensamiento único y/o cero, terraplanistas y demás congénere de descerebrados, alguien tendrá que coger el bastón y conducir al redil que más le convenga a la Casta de los Borregos.
Cual sobre el Senatus PopulusQue Imperator.
Qué a gusto me acabo de quedar.
Miguel Díaz Romero (c)
23 de Noviembre de 2021, feliz cumpleaños mi amor!
Julio César |
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