Poesía presentada, y no premiada, al Evaristo Bañón 2015:
Beberemos chimeneas en ese ocaso rojo que se derrite eterno
tras la Sierra.
Cabalgaremos a lomos de unicornios negros entre gigantes de
letales aspas.
Tú te convertirás en árbol cuando te toque,
Y lucharé contra mi hermano por el podio de un Olimpo
tácito… como antes…
Del alma aparecerán versos no premiados,
Inspirados por tu sonrisa, las caricias que nos hemos
brindado este mismo mediodía, y Dios.
Testificaremos la potestad del todo, y fundidos con el
Universo rescataremos cinturones de donde el replicante arder naves vio…
Seremos espuma de humo y melocotonero en flor.
Zumo de frutas de hecho con mariposas de flashes de
recuerdos de un pasado peor.
Versos deconstruídos y abrazos fraternales.
Queda, en serio, un lugar para nosotros en el pueblo de
Stephen King. Y optaremos viejos y llenos de días con la piel manchada y
arrugada, con los ojos ciegos por el tiempo por una mansión en nuestra Gran
Jerusalén.
No voy a ganar este concurso… otra vez…
Y este verso arrancará una sonrisa en algún miembro del
jurado… pero somos poesía princesa.
Somos poesía porque el rumor del viento nos ha pertenecido
siempre…
Y mora entre nosotros: en cada beso, en cada palabra
(incluso discutiendo), en las miradas dulces e inocentes de tus hijos… en la
herencia de Caín… en la fe en Jesucristo… en este bolígrafo…
En ti.
En mí.
Silencio…
…espuma… espuma de humo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario