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miércoles, 18 de mayo de 2016

La imprenta en España durante el Siglo XV.

Léase introducción general para más información. Gracias!
3.4. LA IMPRENTA EN ESPAÑA DURANTE EL SIGLO XV.
Coincide con 2010.
Escasos documentos sobre los primeros impresores y falta de colofones explícitos en los primeros libros. A pesar de ello: Llegó con retraso por la situación periférica de la península ibérica en Europa y por la falta de grandes universidades o de vida urbana floreciente; Los primeros impresores fueron alemanes; El camino de difusión fue Italia, por los tipos utilizados en los primeros impresos, redondos o romanos, y por las intensas relaciones que unían a Italia y a la Corona de Aragón, a través del Levante.
PRECEDENTES Y PRIMERAS HIPÓTESIS.
No se ha conservado ningún libro xilográfico realizado en España. Naipes y grabados con texto, aunque sobre planchas metálicas. Hipótesis sobre cuál fue el primer libro impreso en España: 1) La “Gramática” de Bartolomé Mates, Gherlinc en Barcelona, 1468 (fecha que resultó ser una errata, sustituible probablemente por 1488). 2) “Obres e trobes en lahors de la Verge María”, 45 poesías en valenciano y presentadas a un certamen literario, Lambert Palmart, primer libro impreso de carácter literario. 3) “Ética, Económica y Política” de Aristóteles; Botel, Holtz y Planck en Zaragoza o Barcelona en 1473 o 1474. 4) “Sacramental” de Clemente Sánchez Vercial; Antonio Martínez, Alonso del Puerto y Bartolomé Segura en Sevilla utilizando letras talladas en madera, datado en 1470 pero sin pruebas documentales.

EL PRIMER INCUNABLE:
Hoy se acepta de forma generalizada que la primera obra realizada por la imprenta española fue el “Sinodal de Águilafuente” de 1472, impreso por Juan Párix de Heidelberg en Segovia. 48 hojas impresas en tipo romano y sin colofón, constituciones aprobadas en un sínodo celebrado en esta localidad para recordar a los clérigos sus obligaciones. Juan Párix vivió en Segovia a finales de siglo, invitado por el obispo Juan Arias de Ávila, que había conseguido privilegios para establecer un estudio de gramática, lógica y filosofía equivalente a una universidad. Segovia vivía momentos de esplendor y allí fue proclamada reina Isabel la Católica en 1474.

EN OTRAS CIUDADES ESPAÑOLAS:
Talleres tipográficos en 26 ciudades españolas. BARCELONA: la “Gramática de Perottus” 1475, Juan de Salzburgo (probablemente Planck) y Pablo de Constanza (Hurus). “Comentarios a Aristóteles” de Santo Tomás 1478, Pedro Brun y Nicolás de Spindeler. “Regiment dels Princeps” de Egidio Colonna y “Ética, Económica y Política” de Aristóteles, Spindeler. Pere Posa fue el más prolífico de los impresores, la primera fue “Historia de Alexandre” de Quinto Curzio, en valenciano, y la última “Arbor Scentiae” de Ramón Llull. “Tirant lo Blanch”, Pere Miquel. “Libre dels angels” y “Libre de les dones”, Juan Rsenbach de Heidelberg. Diego de Gumiel terminó el tirant iniciado por Miquel. ZARAGOZA: “Manipulus curatorum”, Mateo Flandro 1475, el primero en España con nombre de editor. “Fori aragonum”, Botel y Hurus. El taller de Hurus fue uno de los principales en España, libros de Séneca, Aristóteles, Platón y Torquemada. VALENCIA: potencial económico e intensa vida cultural. Jacobo Vitzlán, comerciante alemán que representaba a los Ravensburg. De su taller se hizo cargo Lambert Palmart, obras de Aristóteles, Salustio y Esopo. “Tirant lo Blanch” de Spindeler: aparece una bella orla con el nombre del impresor. SEVILLA: Los hermanos alemanes Antonio Martínez, Alonso del Puerto y Bartolomé de Segura, “Sacramental” de Clemente Sánchez Vercial, “Crónica de España”, “Espejo de la Cruz” y “Vocabulario universal en latín y en romance”. SALAMANCA: la más importante universidad española, la mayoría no tienen nombre de impresor. Dos talleres: el de “Introductiones latinae” y el de “Gramática castellana”, ambas obras de Nebrija en 1492. El primero imprimió más de 30 obras, y el segundo más de 90 ediciones. Especial atención al librero Juan Porras. VALLADOLID: bulas impresas en el monasterio de Ntra. Sra. Del Prado. “Tratado breve de confesión”, Juan de Francour 1492. Pedro Giraldi. “Primera carta de Colón”, Miguel de Planes. ZAMORA: Antonio de Centenera, alejado de influencias extranjeras sus libros estaban en castellano y eran de autores españoles. “Los trabajos de Hércules” de Villena. BURGOS: Fadrique de Basilea. Su primer libro fue “Grammatica latina” publicando un total de más de 70 obras. La primera edición de “La Celestina”. TOLEDO: bulas impresas en el monasterio de San Pedro Mártir por Juan Vázquez. Pedro Hagenbach, cuyas obras más notables fueron el “Missale Toletanum” y el “Missale Mozárabe” por encargo del Cardenal Cisneros. Pamplona: Arnao Guillén de Brocar. Granada: Hernando de Talavera. Guadalajara: Moisés Levi.

CARACTERÍSTICAS DE LOS INCUNABLES ESPAÑOLES:
La portada casi inexistente, xilografía o caracteres móviles de gran tamaño, portadillas grabadas en madera con motivos heráldicos. La interlineación ancha y las iniciales blancas sobre fondo negro. Tamaño folio. La letra romana, aunque pronto evolucionó a la neogótica alemana, evolución hacia el plateresco, tanto en la composición como en los ornamentos. Temas: religión, aunque también gramáticas y diccionarios latinos, la Biblia no se imprimió en España en el S. XV debido al control ejercido por la Inquisición y a la prohibición de su traducción a las lenguas vernáculas. La ilustración influenciada por la tradición alemana: “Fasciculus temporum” Sevilla 1480, Bartolomé Segura y Alfonso del Puerto, iniciales aparecen pintadas a mano en rojo y azul, ilustraciones xilográficas que proceden de la edición alemana de la misma obra, escuelas de gran prestigio técnico, especialmente las catalanas.
En la ILUSTRACIÓN destacaron Hurus en Zaragoza, Centenera en Zamora, Polono en Sevilla, Fadrique de Basilea en Burgos, Hagenbach en Toledo y Rosenbach en Barcelona: Escudos; Figura del caballero andante; Imagen de los reyes sentados en el trono; Orlas con decoración floral utilizada en la “Expositio psalterii” por Hurus y el “Tirant lo Blanch” por Spindeler, detalles de tradición hispanoárabe; Iniciales: Alfonso Fernández de Córdoba en Valencia, iniciales sobre metal con especial habilidad, los impresores españoles estaban muy habituados a ornamentar sus trabajos con iniciales impresas, mezcla de rasgos extranjeros y originales, especialmente vegetales.

Notable desarrollo promovido por los Reyes Católicos. Fuerte control de la Inquisición y carencia de exportación al mercado europeo. Se dirigió al mercado nacional. La producción incunable española ocupa el quinto lugar.
Fuente: apuntes de Lía, bibliopos.es.
 

 

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