LOS REYES DE TIRO
¡Padre! Han venido…
Han venido los Reyes de Tiro,
Y forjado su corona con tu hoz y tu martillo.
Ay Padre, qué han venido,
Y bailan en el cementerio de los que luchasteis
Sobre las tumbas de los que quedamos vivos.
Han venido con mordazas y mentiras,
Con revoluciones sepultadas y símbolos caídos.
Aquéllos que tú temías padre… aquéllos de la esvástica
Ahora son los que la tachan en el muro con spray del color de la sangre
De los vencidos.
¡Padre, corre, escóndete!
Escóndete en el laberinto de tus cenizas en la viña,
De las tuyas en la Tinajica,
Bebiendo los cuervos tu alma
Bajo la sombra de tu higuera favorita.
Padre, que van a ser dorados tus lomos bajo el atardecer rojo,
Como decías en tus poemas cuando estudiaste en Murcia.
Pero que es rojo sangre, de hambre y de peste,
Y no de gloria.
Padre, qué me duelen las manos de sujetar tu arado
Cuando son otros los que nos hacen mugir bajo la lluvia…
Ay Padre, qué han venido…
Los Reyes de Tiro
A hacernos pasar por las armas, de silencio, soledad y sombra.
Miguel Díaz Romero ©
9 de noviembre de 2020
“…por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros, los fuertes de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor.”
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