LA ALAMBRADA NOS PROTEGE
-La alambrada nos protege –dijo la oveja reina y los borregos callaron.
La alambrada siempre estuvo allí,
Aun invisible, aun antes de que el pastor hiciese los hoyos para los postes,
Ella siempre ha estado para protegernos.
Intimida con sus pinchos enrobinados bajo la lluvia,
No permite ver bien el horizonte,
Ni el paisaje,
Ni la perspectiva.
Te hiere si intentas saltarla por su altura,
Si intentas pasar por debajo del más bajo alambre,
Incluso entre ellos… te hiere porque te ama,
Porque está ahí para protegerte de los terrores de afuera.
De la playa, del mar, de los lobos, de la ira.
De los mordiscos del libre pensamiento,
De los ataques del viento en la cara,
De las tinieblas del autodescubrimiento,
De la violenta carga que supone aprender Historia…
Te protege de las fauces cánidas del conocimiento.
La alambrada no deja pasar el virus.
-La alambrada nos protege –dijo la oveja reina, y una oveja negra le replicó desdeñosa:
-Será a ti, que bebes de la tranquilidad que te otorga la cobardía.
El griterío de los borregos no se hizo esperar…
…se hicieron con rastrillos, antorchas e incluso hachas…
…formaron con troncos una pira funeraria…
…y quemaron viva a la oveja negra,
Mientras la oveja reina recibía, sin que los borregos se enteraran,
Otro maletín del pastor lleno de paja.
Miguel Díaz Romero ©
Torrevieja, 5 de noviembre de 2020.
“Recuerden, recuerden, el cinco de noviembre. Conspiración, pólvora y traición. No veo la demora y siempre es la hora de evocarla sin dilación".
Guy Fawkes
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