lunes, 4 de enero de 2021

2020: el año que amamos odiar

2020: EL AÑO QUE AMAMOS ODIAR

Imaginemos por un  momento que somos un ser que se ha portado mal:

Un ser que ha matado a su hermano por la herencia,

Un ser que dice que su dios es mejor que el dios de los demás,

Un ser que ha abandonado a sus hijos en un aparcamiento

O en una bolsa de basura en un contenedor,

Un ser que ha matado de hambre a sus padres.

Imaginemos por un solo instante que somos malas personas en general:

Que no devolvemos el billete que se le cae a otro en la calle,

Que si nadie nos ve, podemos llevarnos lo que no es nuestro del súper,

Que si no pagamos impuestos es el Gobierno quien pierde y no el resto de la gente,

Que dejamos de  hablar con alguien por la tela que cuelga de su balcón,

Que insultamos al del equipo de fútbol diferente,

Que nos gustan más los rumores que las noticias

Y que si hacemos mal a alguien con nuestros chismes nos sentimos importantes.

 

Imaginemos, por sólo un segundo, que nos emborrachamos

Y le pegamos a nuestro esposo, a nuestra esposa, a nuestros hijos e hijas…

Que lloramos porque un perro se muere en una peli

Pero que no nos sentimos mal al ver la muerte de nuestros vecinos en las noticias.

Que preferimos discutir con desconocidos de política en Facebook

Que conversar con los nuestros en torno a una mesa.

Que gritamos tras una pancarta cuando están las cámaras

Pero somos incapaces de darle una barra de pan al que pide en la puerta de una tienda.

 

Que hacemos acepción de personas por el traje que llevan.

 

Imaginemos que nos importa un bledo el planeta y que cambiamos de móvil cada año.

Que nos pongan un par de bolsas más de plástico al hacer la compra.

Qué se mueran todas las tortugas… total, a quién le importan.

 

Que seguimos votando a los de siempre por honrar la ideología de nuestros padres,

Pero no les acompañamos en sus peores días porque para eso está la asistenta.

Qué malos son los gitanos… pero yo me quedo con las vueltas si el camarero se equivoca.

 

Imaginemos, de forma descabellada y distópica,

Que nos quedamos con la casa de alguien porque está vacía,

Que enseñamos a nuestros hijos a odiar a quienes odiamos por una bandera,

O un idioma,

Que nos inventamos la Historia siempre que nos subvencionen

Y que nos duele mucho la espalda si hay detrás una paguita.

 

Que engañamos a nuestra mujer o a nuestro marido

Pero ellos son los malos porque no lavan bien la cocina.

 

Que le decimos a nuestro hijo lo mal que se portó papá con nosotras.

 

Imaginemos que no nos importan los muertos por el coronavirus si no son de nuestra familia.

 

Que nos enfadamos si no nos atienden a tiempo en la peluquería

Pero se nos olvidó pronunciar la frase “buenos días”,

O que no tengo que darle las gracias a nadie porque yo soy autosuficiente,

En todo momento, no necesito a nadie,

Metiéndome un par de rayas a la luz de Netflix en una casa vacía.

 

Imaginemos que no somos Hombres sino escoria.

 

Entonces, quizá, 2020: el año que amamos odiar, tenga más sentido de lo que imaginas.

 

Miguel Díaz Romero ©

4 de enero de 2020.


 

4 comentarios:

  1. Unas reflexiones tan ciertas que Dan miedo pero es asi

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    1. Buenos días y disculpa la demora en responder. Estas reflexiones nos debieran llevar a pararnos, darnos cuenta de dónde y cómo estamos, y a cambiar si es necesario, que lo es... muchas gracias por tu comentario. Un abrazo

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