En la montaña rusa del silencio,
el cuello duele al ocaso.
Se cierran los ojos, se respira hondo.
El sueño de los justos
y los trabajadores.
El pincel, la tinta...
todas las horas que nos hemos
pasado escribiendo poemas.
Un beso cálido al dormir;
y otro al despertar;
es lo único que me separa de la locura.
y de ese deseo hirviente,
de arrancarles la cabeza.
6 de Octubre:
Divendres que fora i el Sol per Crevillent...
Quan el mal ve d'Almansa a tots alcança.
Y echar al mar mi barca y dejar que el temporal desguace sus alas blancas.
Hoy el Mediterráneo
brilla bajo el Sol
desde mi balcón.
Hoy mis hijos vuelven a hablar valenciano...
Nou d'Octubre,
Visca València!
Que me dio a luz, me crió;
me enseñó a ser hombre
y hoy retorna a cobijarme bajo sus palmeras.
12 de Octubre:
Polvo del pasado, al viento,
es todo lo que miramos en el retrovisor:
una imagen distorsionada,
donde los objetos aparecen más cerca
de cuanto están.
Un día te cogí de la mano princesa,
y no me voy a soltar.
Hay pues dos pilares que sostienen
el universo de coletas, toallitas
y meriendas a las diez.
Quiero ver, con los ojos desgastados del poeta,
ese atardecer rojo
de surcos oscuros en la piel.
Respira hondo corazón, calma tu palpitar,
tan ruidoso como la rabia
que aún duele en la garganta al despertar.
Rompe las cadenas de este aquí y este ahora...
ve tan lejos como te lo permitan tus botas.
Y bésala más.
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