Queridísima Andrea,
Si no te he escrito durante estas semanas no ha sido por no haberlo querido, amada mía. Sin embargo, el ataque de la Nación Robot se ha recrudecido aquí, en el lejano frente norte: los que vimos arder naves más allá de Orión, quienes lloramos nuestras pérdidas en la Puerta de Tannhäuser, los soldados que mantenemos esos instantes en nuestra memoria para que no se pierdan como lágrimas en la lluvia, hemos bebido del cáliz de la victoria tras una de las más cruentas batallas que mi disco duro puede recordar.
El Páramo Atlas es casi nuestro, ya queda menos para que todo Mordor pase a formar parte de los vastos dominios del Emperador… y volveré a casa, para besarte y estrecharte entre mis brazos y no soltarte jamás.
Con el aroma de tus cabellos en mi retina, me despido por hoy,
Quien juró tener tu rostro por bandera,
Sobre el túmulo mecánico del Páramo Atlas, 30 de Marzo de 2197.
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