martes, 4 de abril de 2023

Queridísima Andrea: Carta 6

 

Queridísima Andrea,

El Páramo Atlas ha caído en nuestras manos. No obstante, las lágrimas de emoción gracias a nuestra enésima victoria para el Emperador, se mezclan con las del dolor… no es mi deseo que te preocupes pues no es grave: pero he sido herido por un proyectil lumínico de la Nación Robot. El proyectil, al ser disparado desde corta distancia, logró atravesar mi servoarmadura e impactar en la parte posterior de mi muslo derecho. Como un bravo al sentir la quemazón me volví y descargué la ira de mi ametralladora contra el ciborg, que cayó en un amasijo tecno-orgánico de cables y vísceras.

Sentado al borde de un banco, he podido celebrar junto a mis camaradas bebiendo de los cráneos metálicos de los robots muertos hidromiel, como en los viejos tiempos…

¿Recuerdas los domingos en el parque? Cuando entre pinares contemplábamos el jovial juego de pelota de los niños; cuando comíamos hasta reventar en mesas de piedra bajo la foresta; cuando jugábamos a las cartas hasta el ocaso del sol sobre las colinas; cuando reíamos de los chistes y las chanzas de nuestras amistades; cuando el mundo era pequeño y podíamos pasear, de la mano, sin rumbo ni reloj, rememorando el pasado, viviendo el presente y ensoñándonos con el futuro.

Nos trasladan esta madrugada a la siguiente avanzadilla del Frente Norte de Mordor: la Pléyade de Heisenberg. Ya te la describiré en mi próxima carta cuando llegue.

 

Quien juró amarte hasta el perecer del último taquión,

En mi último día sobre el Páramo Atlas,

 

5 de abril de 2197.


 

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