ALLANAMIENTO DE MENTE
Como si arañaran el cristal con que está hecho mi cráneo por dentro.
Las armas de destrucción masiva, diaria, estrellándose sobre el lienzo de un horrible autorretrato de Frida Kahlo.
Hierve sangre, hierve… qué han quemado el sol y se precipitan sus cenizas, ensombreciendo el horizonte, sobre las terrazas oscuras de los edificios de mi ciudadela.
Hablaré como loco, como si el Décimo Hombre jamás hubiera muerto, como si la cordura fuera una línea divisoria entre lo que hay y mí.
Soy el cercenador gramático de palabros.
Asunto poco corriente me toca.
Veo el mundo como el romántico nietzscheano, como la botella que mató a Bécquer, como la esposa del gato de Schrödinger.
El laberinto de Ortega-y-Gasset, que no son dos, o muchos.
El desciframiento del desmembramiento. Aborrasco letras sobre el papel electrónico de esta pantalla.
Soy el zumo de frutas usado para hacer mariposas de luz que, como flashes de película, rozan el Paraíso.
¿Es pues, el cielo, una dádiva que consumir sobre cojines dorados?
Nunca te lo habías planteado, ¿no es así?
Caeré entonces rodando, cual abeja plateada, sobre las tiendas de los necios. Y demoleré con furiosa justicia las columnas gelatinosas de la demencia febril que subyuga a la Humanidad.
Setas de colores.
Sin necesidad de psicotrópicos, ando sobre el mar.
Veo voces, “que repito como mías”.
Yo soy el que hundió los Apalaches bajo el agua.
Y escribió esto… que nadie leerá.
Jamás.
Jamás.
Jamás.
6 de julio de 2023. En un lugar de la realidad que no es éste, no puede serlo…
Miguel Décimo Hombre Díaz Romero
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