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lunes, 9 de mayo de 2016

El libro y las bibliotecas en la Edad Media

Léase introducción general para más información. Gracias!
3.2. EL LIBRO Y LAS BIBLIOTECAS EN LA EDAD MEDIA.
Diez siglos de la Historia de la Humanidad, desde la caída del Imperio Romano, en el S. V, hasta la toma de Constantinopla por los turcos, S. XV, fecha en la que se inventó la imprenta.
El libro medieval no fue un objeto cotidiano debido al esfuerzo y a la casi inexistente demanda por el analfabetismo generalizado.
ALTA EDAD MEDIA:
Hasta el S. XII: cultura grecolatina custodiada por la iglesia católica. El monasterio se convertiría en la pieza clave para el libro y las bibliotecas. En Oriente, comunidades cristianas coptas o bizantinas fundaron monasterios desde los que se difundió la cultura griega, entre ellos el Studion de Bizancio y los veinte del Monte Athos. SS. VI y VII: numerosos monasterios de distintas órdenes religiosas, benedictinos: atención al libro organizados según la regla “ora et labora” de San Benito (“reza y trabaja”): “La ociosidad es enemiga del alma; por eso han de ocuparse los hermanos a unas horas determinadas en el trabajo manual y a otras horas también determinadas en la lectura divina”. Monjes: trabajo manual, oración y lectura. Traducir o copiar libros en el scriptorium, habitación aislada con atriles y luz natural. Copista o escriptor librarius, rubricator o encargado de títulos y letras capitales, iluminator o miniaturista, ligator o encuadernador y armarius o monje supervisor. Forma: Códice manuscrito en pergamino, fabricación: preparación del pergamino, pieles de cordero, cabra y ternero (vitela: pergamino de cordero o cabrito lechal) > copia del texto, pluma de ave o cálamo de caña, dejando un hueco para las iniciales que se ornamentaban con colores (iluminación) > encuadernación, cosido lateral de cuadernos con numeración romana y cubiertos generalmente con tapas de piel o madera revestida de cuero (encuadernación bizantina o a la griega: en orfebrería). El pergamino era un material costoso: palimpsestos como el “Codex ovetensis” de El Escorial. Utilización de abreviaturas y signos para las palabras más frecuentes. El aislamiento determinó el nacimiento de las escrituras nacionales: visigoda en España, merovingia en Francia, etc. S. VIII: letra minúscula carolina, más uniforme, sencilla y clara, de importancia capital para la Historia del libro y para la unificación cultural europea. En Oriente: letra griega de Bizancio. Biblioteca: la Biblia fue el libro por antonomasia, textos de los Padres de la Iglesia, los dedicados al cultos y los de autores clásicos. Monasterios de Montecasino, Vivarium y Bobbio (Italia), Saint Gall (Suiza), Lindisfarne (Inglaterra) y Ripoll (España). Aquisgrán: sede de la corte imperial de Carlo Magno, done éste fundó la Escuela y la Biblioteca Palatina, funciones de lo que hoy entendemos por biblioteca nacional, universitaria, pública y archivo.
ESPAÑA, ALTA EDAD MEDIA: Reconquista.
LA ESPAÑA VISIGODA: Toledo y San Isidoro de Sevilla, “Etimologías”. Códice de las “Morales” de San Gregorio. Las bibliotecas visigodas más importantes estuvieron vinculadas a las escuelas episcopales de Sevilla, Toledo y Zaragoza.
LA ESPAÑA MOZÁRABE: Los “Beatos”, forma abreviada de llamar a los comentarios del Apocalipsis en alusión a la obra del Beato de Liébana. Códices profusamente ilustrados con miniaturas mozárabes. SE conservan algo más de veinte beatos por todo el mundo. La BNE custodia el “Beato Facundo”.
LA ESPAÑA MUSULMANA: Abundancia de libros, especial mente El Corán. Caligrafía árabe muy ornamental: cúfica (alargada) y neshí, reflejadas de la forma más bella en la Alhambra granadina. Difusión del papel: hacia el año 110 llegó a Europa desde a través de España (Xátiva). Libro cristiano más antiguo escrito en papel: misal conservado en el Monasterio de Silos. Esplendor cultural del Califato de Córdoba: bibliotecas califales, Al-Hakam II en Córdoba, volúmenes traídos de Alejandría y Damasco, Toledo: centro transmisor de la cultura árabe en Europa; bibliotecas de las mezquitas, escuelas adjuntas o madrasas, catálogo y clasificación temática; bibliotecas particulares de bibliófilos árabes.
BAJA EDAD MEDIA:
Renacimiento urbano, recuperación económica y nueva mentalidad. La actividad cultural pasó del aislamiento del monasterio al cosmopolitismo de la ciudad. El libro se diversificó en sus usos y temáticas y cambió sus características físicas: Texto dividido en dos columnas y segmentado en capítulos, puntuaciones nuevas como el calderón Ç; Tamaño cada vez más pequeño; Ilustración al estilo gótico, bandas decorativas que perduraron hasta después de la imprenta; Escritura o letra gótica o escolástica; Sustitución del pergamino por el papel; y Predominio del latín que dejaría paso a las lenguas vernáculas. Dos instituciones por excelencia: la CATEDRAL y la UNIVERSIDAD.
LAS ESCUELAS CATEDRALICIAS: Provistas de escritorio y biblioteca. Verona, York, Durham, Oviedo, Gerona y León.
LAS UNIVERSIDADES: Derivación de las escuelas catedralicias, con entidad propia. S. XIII: se fundaron la de Bolonia, la Sorbona y las de Oxford, Cambridge y Toulouse. España: Palencia 1212, seguida de Salamanca y Valladolid. Libro universitario: instrumento de trabajo, consulta y préstamo bajo fianza, determinó el resurgir del comercio de libros. Los estacionarios o libreros los prestaban a los estudiantes para que los copiaran por piezas (pecias) a cambio de un determinado pago. Bibliotecas universitarias, modelo: sala de lectura, de planta basilical, con bancos como las iglesias; libros encadenados colocados en atriles; libros de préstamo bajo fianza, guardados en un baúl. Con reglamentos internos y el cargo de bibliotecario solía recaer en un profesor o estudiante.
OTRAS MANIFESTACIONES: Libros litúrgicos: Antifonario (contenía las antífonas de la misa (desde el S. VIII), Breviario (contiene el rezo eclesiástico de todo el año, excepto la misa (S. XII), Diurnal (rezos de las horas menores), Flos Sanctorium (vida de los santos en el orden en que los celebra la Iglesia), Gradual (libro que contiene lo que en la misa se canta por el coro), Himnario (los himnos del oficio divino), Homiliario (homilías o sermones dispuestos según el orden de las fiestas del año (S. IX), Leccionario (libro de coro que contiene las lecturas o lecciones del oficio), Liber Commicus (lecciones litúrgicas tomadas de los profetas, epístolas y evangelios (S. X), Libro de coro (libro de atril que incluye salmos, antífonas, etc. con la correspondiente notación musical), Libro de Horas (rezos o plegarias para todos los días del año y las horas del día (S. XV), Manual (ritos que deben administrarse en los sacramentos), Martirologio (catálogos de mártires y santos conocidos), Misal (libro que contenía el texto de la misa para todos los días de año y que el sacerdote usaba en el altar), Oracional (contenía las oraciones y los capítulos del oficio divino en el orden del calendario litúrgico), Pasionario (contiene la historia de la pasión de Jesucristo, o el canto para la Pasión de Semana Santa), Penitencial (penitencias públicas, oraciones de los penitentes y absoluciones; guía de confesores (S. XII), Procesionario (oraciones que se cantan en las procesiones), Sacramentario (fórmulas sacerdotales para la celebración de la misa), Santoral (antífonas en canto, lista y festividad, vidas y hechos, de los santos). Los libros de horas destacan al ser para la realeza, la alta nobleza y la burguesía adinerada: “Très riches heures du Duc de Berry” (“Las muy ricas Horas del Duque de Berry”).
Bibliotecas reales: S. XIII, Alfonso X el Sabio: obra jurídica (“Código de las siete partidas”), literaria (“Cantigas a Santa María”), científica (“Libro del saber de astronomía”), recreativa (“Libro del ajedrez”) e histórica (“Crónica General”). Otros reyes bibliófilos: San Luis y Carlos El Sabio, Biblioteca Nacional Francesa.
En el S. XV finalizó la Edad Media y se produjo el despertar del Humanismo, movimiento intelectual que supuso el renacer de la cultura clásica y el gran desarrollo de las letras y del libro, antesala a la imprenta.
Cúfica árabe

Neshí árabeintroducción general

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