Soy el Unicornio Negro que hay en ti.
Tu portador de luz.
Una calma que no precede tormenta
silencia la sombra de esta fría noche,
cuando las cosas que deberían ser tristes
se han vuelto placenteras y serenas...
como la mirada al vacío de Willen Dafoe.
Hoy aprendo del silencio,
me complazco con el suave frío corriendo
polígono arriba polígono abajo.
Hoy el gris tiene sentido y es poético,
agradable... un don de Dios.
Hoy la paz no sólo tiene sentido
sino que calla, habitando en mí,
acompasando oscura y lentamente mi corazón.
Ya las tinieblas me parecen parte de la luz.
Antes no era capaz de sentir tales cosas.
El Unicornio Negro cabalga hacia el centro
de un Universo cada vez más ancho,
profundo, nítido, complaciente...
admirable la Creación en todo su esplendor.
Es una imposición de manos constante.
A tu boda llevarás una prenda negra,
llorarás tus ilusiones cuando las cumplas todas.
Unicornio Negro mariposa de frutas.
Luz en intermitencia gasolina inerte.
Es el monte de la cafetería de la facultad
de Geografía e Historia en otoño de dos mil cuatro.
Ríos de tinta ángeles que escriben por mí.
Es'cha Tau'va Shas'uii!!
Y el mundo que se escucha en el fondo de tu caracola:
Shhhh... shhhh...
Extraído del poemario inédito "El Unicornio Negro", 2015.
Miguel Díaz Romero (c)
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