La velocidad conque pasa el tiempo ahora que trabajo en Almoradí no me ha dejado sitio para los versos. Aun así, lo intento:
Muerte de dioses de madera en las calles
mientras te abrazo fuertemente en la mañana.
Un suspiro leve es el camino
que nos han dispuesto a recorrer.
Hay otra promesa en el sonido,
y se oyen timbales de victoria en el horizonte.
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