lunes, 31 de mayo de 2021

Su muerta imagen, de Zara Díaz Velásquez (11 años)

Os dejo la "novela" que ha escrito mi hija para clase de lengua:

          Estaba lloviendo. 

         Khaira y Clara corrían hacia la entrada de la Universidad para no mojarse, donde les esperaba Carlos. Khaira, Clara y Carlos eran estudiantes de Medicina Legal. Se conocieron en la facultad, y sus personalidades y gustos congeniaron: Clara era la típica chica callada que al fin y al cabo era amable y responsable; Khaira era graciosa y muy apegada a las personas; y Carlos, quien sentía algo por Khaira pero no se lo decía, porque era bastante tímido.

         Cuando ya había terminado el turno de clases, fueron a tomar algo. Decidieron ir a una cafetería cercana ya que seguía lloviendo un poco, y con el frío no les apetecía andar mucho. Al llegar, se sentaron en la primera mesa que vieron y pidieron algo de beber.

-         ¿Qué van a tomar? –Clara y Carlos pidieron lo mismo de beber: un café con leche, y Khaira un té verde.

Mientras se lo tomaban, hablaban de un poco de todo. Aun así, hablaban de casos que veían día a día en la Universidad. Los tres coincidían en que morir de la manera que lo hacían las personas que veían debía ser muy doloroso. Terminaron de beber y volvieron a la Universidad. Todavía faltaban unas horas para irse a casa. Mientras que caminaban, dejó de llover y salieron unos pequeños rayos de Sol.

Toda la clase estaba bastante feliz ya que habían terminado las semanas de exámenes. El profesor, llamado Manuel, era bastante bueno en su trabajo y además explicaba bien, aun así mandaba bastantes deberes y trabajos.

Terminaron las clases y cada uno regresó a su casa. Clara, al llegar al casa, se encontró a su compañera de piso, Marta: una chica de su misma edad que estudiaba Bellas Artes. De personalidad era bastante egocéntrica pero amistosa. Marta recibió con un saludo y la comida hecha a Clara, porque ese día había salido antes, normalmente les tocaba hacer a las dos algo rápido de comer. Ese día Marta hizo lasaña con queso: una de las comidas favoritas de Clara. Las dos se sentaron a comer mientras hablaban de su día. Al terminar de comer, recogieron la mesa y lavaron los platos. Marta avisó a Clara que se tenía que ir: saldría toda la tarde porque iría con sus amigos a una exposición de arte.

Marta salió cogiendo sus cosas, por lo tanto Clara se quedó sola.

 

Clara, antes de ponerse a hacer cosas, fue a darse un relajante baño. Entonces, escuchó la puerta de la entrada abrirse: supuso que era Noah. Así que se dio prisa en salir y se arregló frente al gran espejo que tenía en su cuarto. Noah acababa de llegar: él y Clara se conocían desde hacía tiempo. Tras varias tardes hablando, se hicieron muy cercanos. Hablaban de todo: de lo que les gustaba a cada uno, y solían coincidir mucho. Clara terminó de vestirse y salió a ver a Noah. Se saludaron mutuamente y hablaron de su día.

Hacía tiempo que no se veían, ya que preferían hacerlo cuando Marta no estaba. Noah le hizo un cumplido y Clara se sonrojó y terminó de darse cuenta de que sentía algo por Noah.

Siguieron hablando y se hizo bastante tarde. Marta estaría a punto de llegar, por eso Noah decidió irse.

 

Minutos después, llegó Marta. Sin saludar ni preguntar cómo había ido la tarde de Clara, empezó a hablar de cómo le había ido a ella. Marta era un poco egoísta y por eso solía hablar mal de las obras de otros artistas. Esto hartaba a Clara: todos los días hacía lo mismo. Clara decía todo lo que sentía únicamente con Noah. Esto hacía que su amistad fuera mucho más fuerte. Clara, enfadada, decidió plantarle cara a Marta y decirle todo lo que sentía; pero Marta no le prestó atención y la ignoró.

Todo esto afectaba bastante a Clara porque nunca daba su opinión. Cada una se encerró en su cuarto y Clara se dio cuenta de que sólo era ella misma con Noah. Pensar en Noah le trajo muchas dudas… “¿Y si Noah tenía otra chica, y en realidad no era sincero?” Decidió dejar el tema y se quedó dormida.

 

Al siguiente día, cuando despertó, Marta ya no estaba. Esto le hizo la mañana más fácil ya que no tendría que verla. Se arregló frente a su gran espejo y desayunó algo. Cogió sus cosas y salió de casa para ir a la Universidad.

 

En la puerta estaban sus amigos Khaira y Carlos. Estaban hablando de datos psicológicos. Este tema le encantaba a Khaira y Carlos, al estar enamorado de ella, le seguía la corriente para poder hablar con ella. Clara saludó sin ganas y les dijo que había tenido una discusión con Marta. Los dos se dieron cuenta que Marta y Clara discutían muy a menudo. Ellos estaban acostumbrados a que Clara discutiera con Marta, así que no le prestaron demasiada atención al tema.

Entraron a clase y el profesor les esperaba con un nuevo caso: el cuerpo de una mujer. El trabajo era saber de qué había muerto. Todos se quedaron impresionados: era un caso difícil. Tan sólo unos minutos después, Clara describió perfectamente en voz alta las causas… la mujer había muerto asfixiada, su piel estaba en un tono morado y tenía marcas en su cuello. Clara terminó la frase con un frío y cruel:

-         …la asesinaron.

Todo el mundo se quedó con la boca abierta. Segundos después, el profesor describió a Clara con una sola palabra: “asombroso”. Siguieron con la clase y, al terminar, el profesor llamó a Clara. Y le dijo que estaba haciendo un gran trabajo. Esto le subió bastante la autoestima y al salir de la Universidad, pensaba en todo lo que le quería contar a Noah.

Por el camino iba pensando en todo para cuando viera a Noah, resumirle todo y que le diera tiempo a contarle su día.

Al llegar a casa, vio a Marta de primeras: ésta acababa de llegar y apenas estaba dejando sus cosas. Se dirigió a Clara, le dio un abrazo y le pidió perdón por su comportamiento. Clara no se negó a sus palabras y la perdonó.

 

Tenían bastante hambre y pidieron una pizza. Marta le dijo a Clara que hoy también saldría. Y que volvería alrededor de la madrugada. Tenía que hacer un trabajo muy importante: por eso esa semana estaba saliendo tanto. Al llegar la pizza, hablaron de su día y Clara le contó lo bien que le había ido y, sin querer, en una de las conversaciones, nombró a Noah.

Marta se extrañó mucho ya que Clara no era de ese tipo de chicas. Y le preguntó muy interesada por Noah. Tendría que ser el chico perfecto para que Clara se fijara en él. Clara, nerviosa, únicamente dijo que era un amigo y cortó el tema.

Recogieron la mesa y Marta salió deprisa para que le diera tiempo a adelantar sobre el trabajo.

 

La casa quedó sola para Clara y, como era de esperar, llamó rápidamente a Noah.

 

Cuando Noah llegó, Clara sonrió y lo saludó eufórica. Le contó lo que había pasado en clase, y a medida que hablaba se daba cuenta que Noah no prestaba mucha atención. Y se preocupó bastante.

Clara le preguntó seriamente que si estaba bien, y Noah le respondió con un seco:

-         Sí.

La tarde pasó realmente rápido. Y como Clara tenía algunas cosas que hacer, despidió a Noah un poco triste por lo que había pasado.

Clara, al ser tan posesiva, llamó de nuevo a Noah y, al presentarse él y sin decirle nada más, le preguntó sonrojada si quería salir con ella. Al principio Noah no entendió nada, pero tras unos segundos afirmó con un “sí”. Clara le abrazó y le dio un beso. Aun así, no lo vio muy convencido pero no le dio importancia.

Se despidieron definitivamente para seguir con sus tareas, pero Clara no podía parar de pensar en el comportamiento de Noah, y todavía más dudas de las que tenía antes le llegaron a la cabeza.

No quería pensar que él ya tenía novia o que quería a otra persona. Intentó pensar en otra cosa y terminó sus tareas. Se dio un baño y, de repente, al salir para cambiarse, en su gran espejo vio a Noah por un instante.

 

Clara se asustó bastante y se dio cuenta de que realmente lo quería. Clara no pensó que ver a Noah en el espejo fuera algo malo. Sólo pensó que le echaba de menos y que lo amaba demasiado.

Se puso el pijama y se fue a acostar feliz, pensando en lo que tenía con Noah, y se durmió.

 

Cuando despertó, vio a Marta dormida en el sofá. Seguramente había llegado cansada. Clara la despertó pensando que se habría quedado dormida: ella también tenía clase, así que tendría que prepararse para ir a la Universidad. Cuando Marta despertó, le dijo que hoy tenía el día libre y se la pasaría en casa. Marta notó que esto no le hizo mucha gracia a Clara. “Claro, sólo queda con Noah cuando yo no estoy”.

Clara intentó que Marta saliera de casa, pero no funcionó. Se alistó con mal humor y se fue a la Universidad.

 

La verdad era que ese día fue bastante dinámico y no pasó nada importante. Además, ese día no pudo ver a Noah. Y pasó una tarde de chicas con Marta.

 

Pasaron los días y la relación de Clara y Noah iba a mejor. Pero Clara todavía notaba algo raro en él. Además, Clara, sin darse cuenta, hablaba más de Noah con Marta. Marta se interesó mucho en ese tema y llegó a la conclusión de que Noah y ella se veían cuando ella no estaba. Marta no era muy tonta porque hizo un plan perfecto: como Clara no salía, tenían que verse en su casa cuando ella no estaba, sí o sí porque de otra manera no tenía sentido. Marta pensó en decir que se iba y volver a casa y verlos juntos. Tenía muchas ganas de conocer a ese tal Noah.

Entonces, Marta le dijo a Clara que ese día también saldría. Clara le contestó contenta con un:

-         Vale.

Clara llamó a Noah y le dijo que ese día también tendría la casa libre. Mientras tanto, Marta esperó a que pasara un tiempo y que llegara el chico. Fue a dar un paseo y cuando pasaron unos veinte minutos, regresó para poder verlos.

Abrió la puerta lentamente y vio a Clara hablando frente a un espejo. Marta se quedó extrañada al no ver a nadie, y se fue intentando no hacer ruido. Marta intentó no pensar en lo que había visto mientras que Clara seguía hablando con Noah. Se hizo tarde y Noah se marchó.

 

Más o menos una hora después, Marta llegó y Clara le esperaba con una sonrisa y la cena hecha. Se sentaron a comer y Marta le preguntó a Clara si había visto a Noah ese día. Clara le dijo que sí, pero que últimamente estaba realmente distante, que no era el mismo. Le dijo muy seriamente que creía que Noah tenía a otra persona y esto le sentaba muy mal. Marta le dijo a Clara que no se preocupara.

Días después, Noah y Clara estaban algo mejor. Clara lo seguía queriendo, pero quería estar con él todo el día e intentaba no separarse de él. Pero seguía con la duda de si había otra chica. El amor de Clara hacia Noah era realmente fuerte, y Clara tomó una decisión que le cambiaría la vida: según ella, Noah estaba con otra y, por celos, planeó que fuera únicamente suyo. Preparó todo para acabar con él: si no estaba con ella, no estaría con nadie…

 

Una de las noches, en la madrugada y estando Marta dormida, llamó a Noah y le pidió que se vieran en su cuarto.

Clara le dijo a Noah lo mucho que lo amaba y, de repente, le dio un golpe a su gran espejo. Lo rompió en pedazos, cogió un trozo del cristal y se lo clavó a Noah en el pecho. En ese momento Clara miró los pedazos de espejo que estaban tirados en el suelo y se vio a sí misma.


El instante antes de soltar su último aliento, supo que Noah siempre había estado sólo en su cabeza.

 


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