Todo cambia, todo se transforma,
incluso el suelo bajo nuestros pies.
Es como una nube de metal;
silencio telefónico diurno.
Te extraño en este Mordor cambiante,
como prueba de la paciencia.
11 de Agosto:
Un obrero alto que se aburre no es un obrero.
La tinta se derrama
cual arcoiris de unicornios
bajando al Mar.
Es una estrella de mariposas,
cuya luz de licor con tomate
enjuaga mi seca garganta.
ES tu sonrisa en una fotografía junto a nuestros hijos.
El preludio de la tormenta de fruta
que en las nubes abraza el papel.
Ríos de gasolina
sobre los puentes.
Un obrero alto que escribe...
irrelevancias y vanidades,
como si el fundo se ofendiese al leer.
Miguel Díaz Romero (c) 2018
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