Y llegará un día en que no puedas cogerme el teléfono por estar muy ocupada.
Llegará un día en que aparezca por tu casa con bolsas de la compra y me regañes porque no era necesario a pesar de tener la despensa vacía.
Llegará un día en que te fastidie mi mirada de “te lo dije” cuando tomes tus propias decisiones y te equivoques, porque los errores son parte inseparable de la vida.
(...)
Y llegará un día en que tengas que recordarme dónde está la sal, o que le eche orégano al queso y los tomates.
Pero mientras ese día llega, espero que disfrutemos de tu camino juntos;
que sigas contándome las tonterías que hacen tus compañeros;
que cuentes conmigo para decidir lo que dices y lo que haces cuando tengas duda ante una encrucijada, una bifurcación o un sinsentido;
que paseemos por la costa descubriendo cangrejos y nos escuchemos;
que rías cuando te apetezca y que llores abiertamente, para que yo te pueda entender, cuando sientas que no puedes más;
que juguemos aunque sea a mordernos la frente o tirarnos del pelo.
Qué no exista entre el aire que nos separe ni un solo minuto de silencio.
Qué podamos hablar sin que prevalezca nuestra propia opinión ni que al terminar uno de los dos necesite estar en lo cierto.
Qué seas feliz.
Qué no te importe el dinero.
(...)
Qué hagas lo que quieras hacer porque esto es bueno para la salud.
Qué encuentres tu lugar en el mundo, y yo te acompañe en tu búsqueda y te visite un día cuando lo hallemos.
Qué no exista la distancia y el olvido entre los nuestros.
Qué hagas las cosas bien o no las hagas.
Qué aprendas a decir que no y que cuando digas que sí se cumpla siempre tu palabra, porque no hay cosa más valiosa.
Qué seas íntegra, irreprensible, valiente…
Qué solamente llores de emoción…
Qué al final de tus días mires atrás con una sonrisa y te acuerdes de mí.
Qué cumplas muchos más, y seas, repito, muy feliz.
¡Feliz decimotercer cumpleaños Zara!
Torrevieja, 16 de julio de 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario