martes, 24 de enero de 2023

Poema 240123

 

Los hombres que eran yo han muerto.

El décimo se fue con el último diario, negro, al cajón desastre de los momentos a olvidar.

El primero vive aún, y colecciona Pokémon en un álbum de plástico blanco.

Sólo somos la resta de las cosas que no nos han sucedido.

            Un cáncer terminal,

            un lagar al final del campo,

            una viña sin podar.

La nieve caerá esta tarde sobre las palmeras frente a Los Náufragos,

            el Sol se esconde más allá de las nubes,

            su vergüenza congela el asfalto.

Hablo con las voces de mi cabeza a diario,

            incluso en voz alta, bebiendo de una lata de Red Bull del 24 horas, a las siete mientras paseo hacia la Iglesia.

Los locos que habitan en mí me recuerdan quién fui,

            me niegan quién soy,

            adivinan en qué me transformaré…

Ese mañana glorioso, de promesas en el sonido, cuando mi pluma cayere al suelo desde el escritorio, en mitad de la Bibliotheka Capdetana que como tumba de papel viejo yo mismo cavé.

Mi don se está abotargando de desuso.

El regalo del mundo es un dos por ciento en una estadística desastrosa.

Lo que soy, como desde mi nacimiento en el noventa y cuatro, no es todo cuanto yo significo.

Soy el ser:

            un Darth Vader romántico,

            un Walter White piadoso,

            un Light Yagami lleno de arrepentimiento.

Soy el portador de luz en medio de la oscuridad de los Tiempos, amigo mío,

            soy la voz de la conciencia en el laberinto de quienes lo ignoran.

Y, aun así, me despierto.

Cuándo llegará ese día… en que los bolígrafos de los hombres buenos pueblen mi mesa… me pregunto constantemente desde mi Mordor particular.

Soy el Mal callado, la poesía, soy el roto en el descosido, la espera, soy la paciencia negada, el principio cósmico, una lentilla perdida en una cancha de baloncesto, la risa…

            …cuándo, mi Señor, cuándo…

            …cuándo me levantará cada día la pasión por el verso, llenando mi cartera, consumiendo mis vicios.

24 de enero de 2023. Torrevieja

Miguel Díaz Romero

 


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