Queridísima Andrea,
Los refuerzos llegaron ayer a la nave nodriza ante la Pléyade Heisenberg. La Nación Robot no da tregua. Somos conscientes de que nuestros Mandos han tratado de negociar una pax en este cuadrante a cambio de tributo al Emperador, que ellos han rehusado no sin afrenta, alegando que no toda la Galaxia nos pertenece… pero, ¿qué es el Hombre, sino el ser que nació para enseñorearse del Universo?
En el vacío admitido del cosmos reflexiono cuando, tras extraer mi espada ensangrentada de un yrkanii, alienígenas esclavos de los ciborgs, y suspirar por otro ser que deja la vida debido al empecinamiento de las máquinas, contemplo la nada colorida de estallidos letales sobre y frente a mí. La Creación, en su poderosa gloria, se despliega ante nuestros ojos sin que la mayor parte del tiempo seamos capaces de darnos cuenta… de asimilar, imbuidos en el afán de los días, la Belleza que nos rodea, una Belleza sólo comparable a la de tu rostro, feliz, sonriendo junto a mí; a la de los cabellos rizados de nuestra hija; a la de la mirada de pillo de nuestro hijo, siempre ávido de nuevos conocimientos.
Me hubiera gustado extenderme más en esta misiva, queridísima, pero los molinos de viento asoman por el horizonte, enarbolando sus aspas de acero, láser, viento y tempestad…
Quien por amarte se despierta día a día en la sucursal de Mordor,
11 de mayo de 2197. Sobre la Pléyade Heisenberg.
No hay comentarios:
Publicar un comentario