Mi queridísima Andrea,
Los yrkanii han rodeado Fort Hauser, el cuartel general donde resistimos los embistes y el asedio de la Nación Robot ya dentro de la Pléyade Heisenberg, rodeados del humo azul que envuelve todo.
El enemigo ha decidido que nos ataquen sus esclavos de carne y hueso. El General opina que es una acción de distracción y evasiva: mientras nosotros nos entretenemos masacrando yrkanii y evitando que nos maten y conquisten la Pléyade, sus naves nodrizas viajan hasta el otro lado de la Puerta de Thane… donde las minas de hierro son más ricas.
Sé que este final va a ser duro: que no tenemos los recursos suficientes como para soportar todo lo que dure este asedio, que ahora nos parece interminable cuando leemos los Escritos a la luz de las linternas en los pocos ratos libres que tenemos entre batalla y batalla. Pero has de tener fe, preciosa mía, porque el futuro es nuestro. Porque tenemos la promesa en el sonido; porque detrás de toda tempestad viene la calma, y será calma gloriosa la nuestra, con plenitud de luz inmortal, gozosos de aquiescencia, abrazados en un beso eterno que irradie la iluminación que nos une, nos forma y desborda. Presas libres de nuestro recíproco Amor.
Correrán ríos de sangre; serán cortadas las cabezas yrkanii; nuestros brazos decaerán por el peso de nuestras armas; las armaduras se oxidarán y las naves arderán en fogonazos azul donde no hay éter; las estrellas podrán apagarse y los planetas detener su giro; pero yo te amaré por siempre.
El que grita tu nombre desde las almenas para infligir miedo en sus enemigos, pues están en desventaja ya que yo lucho por tu Amor,
23 de mayo de 2197. Fort Hauser, Pléyade Heisenberg.
No hay comentarios:
Publicar un comentario